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DISRUPTORES ENDOCRINOS Y CONTAMINACIÓN AMBIENTAL

¿Sabías que el medio que nos rodea está repleto de contaminantes que alteran nuestras hormonas? Plásticos, chupetes, pesticidas, alimentos, tickets… y sobretodo el agua. Estasustancias contaminantes son los disruptores endocrinos que alteran nuestro sistema endocrino y el funcionamiento normal de nuestro organismo provocando enfermedades como la pubertad precoz, diabetes o cáncer. ¿Quieres saber más? Pues continúa leyendo.

El sistema endocrino es el conjunto de órganos y tejidos que segregan las hormonas de nuestro cuerpo. Estas hormonas que se liberan en el torrente sanguíneo regulan las diferentes funciones de nuestro organismo actuando como si fueran señales químicas. Cuando este sistema endocrino se ve alterado por agentes externos o contaminantes se produce una alteración que genera enfermedades como pubertad precoz, diabetes, enanismo o problemas de tiroides. Estas sustancias químicas que alteran el sistema hormonal tanto de seres humanos como de animales son los disruptores endocrinos. 

Comunicación endocrina

Los disruptores endocrinos imitan o alteran el efecto de las hormonas enviando mensajes confusos al organismo ocasionando diversas disfunciones. Lamentablemente, todos estamos expuestos a estas sustancias químicas continuamente ya que se encuentran en todo nuestro entorno como en el agua debido a los vertidos residuales, en los alimentos por sus restos de pesticidas, en los biberones, chupetes y juguetes de goma, así como plásticostickets, ropa productos de cosmética. Esto es un problema muy grave ya que debido a la forma de vida actual es muy difícil no ponerse en contacto con ellos.  

Imagen extraída de libresdecontaminanteshormonales.org

Además, si la exposición a estas sustancias se produce durante la época de crecimiento o de desarrollo de la pubertad y aparato reproductor la alteración es mayor. Es por eso que se han detectado numerosos casos de pubertad precoz en niñas de apenas 7 años debido a la sobreexposición a pesticidas y alimentos contaminados.  

Otro problema es que son acumulables y hereditarios, de manera que si la madre tiene estas sustancias en su cuerpo las pasará a sus hijos probablemente. De hecho, esto es algo muy preocupante y estudios como el del equipo avilés de investigación del proyecto Cohorte Infancia y Medioambiente a embarazadas, demostró que el 100% de las gestantes presentaban niveles en su sangre de plaguicidas e insecticidas como el DDT y que todas ellas transmitieron esa ‘herencia’ química a su hijo a través de la placenta y del cordón umbilical. Este mismo equipo investigó los efectos de los disruptores endocrinos en la salud de los niños constatando la relación de estas sustancias con el desarrollo de sobrepeso y obesidad en los pequeños. «El 30% de los quinientos niños de nuestro estudio presentaron sobrepeso u obesidad. Y de estos, un 20%, además, ya mostraban factores de riesgo de problema cardiovascular como triglicéridos y colesterol», afirma la doctora Tardón. 

Y no solo las personas son afectadas por esto. Sino que los animales también se ven alterados por estos disruptoressobretodo los marinos, debido a la cantidad de tóxicos que llegan a las aguas que las depuradoras no pueden eliminar. Es por ello desde el 2007 se lleva observando casos de feminización en peces de la costa vasca en Urdaibai, mientras que los análisis más recientes confirman que este proceso se están dando también en otros estuarios. Los datos principales de esta investigación han sido publicados en las revistas especializadas Marine Environmental Research y Science of the Total Environment.  

Imagen de muble o lisa (‘Chelon labrosus’) extraída del periódico La Vanguardia.

¿Y por qué no está prohibido su uso? Pues este tema es muy controvertido. Convivimos con ellas continuamente y son muchísimas, siendo los más conocidos los bisfenoles (A, S y F), ftalatos, parabenos, éteres de glicol o compuestos perfluorados que en realidad son solo una pequeña parte. En los últimos años, la estadística indica que los trastornos metabólicos son una causa creciente de problemas de salud en todo el mundo, especialmente en los países industrializados. Pero, de momento, se trata solo de estadística. «Los estudios no son claros», afirma a RTVE el doctor Francisco Botella, vocal de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN). «Es decir, hay determinados niveles de estas sustancias y en la población hay una mayor incidencia de determinadas enfermedades. La relación estadística existe. El problema es relacionar causa-efecto, eso es lo que científicamente está por probar».  

Esto se debe probablemente a que la repercusión económica de estas industrias que producen materiales con disruptores endocrinos se vería afectada perdiendo mucho dinero y querrían evitar este golpe por todos los medios.  

Imagen extraída de drlopezheras.com

La Unión Europea está trabajando sobre el tema y desde 2016, el bisfenol A aparece en la lista de «sustancias muy preocupantes» elaborada por la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas. Y es que además de afectar a la reproducción humana, también contiene un alto nivel carcinogénico y mutagénico. Por eso, Bruselas dio de plazo 36 meses para que los fabricantes redujeran el uso del químico al 0,02% del peso. Este bisfenol se encuentra en tickets de compra y chupetes para bebés, por lo que la Unión Europea lo prohibió en los biberones y en los tuppers desde el año 2011, así como en todos los productos que sean especiales para niños y bebés.  

9 años después de la prohibición de esta sustancia en Francia, la Unión Europea comenzó a prohibirlo este mismo año. Por tanto, desde el 1 de enero de 2020 todos los tickets de la compra y los envases deberán estar libres de bisfenol A.  

bpa bisphenol-a and phthalates free badge seal label

Sin embargo, el bisfenol A no es el único disruptor endocrino, por lo que se deberían de prohibir muchos más para que realmente dejara de afectarnos a nosotros y a nuestro entorno. Necesitamos un plan de acción de amplio alcance que evite de forma efectiva los impactos adicionales sobre la salud y que acabe con la pérdida de vida silvestre asociada a los disruptores endocrinos. Se necesitan implantar acciones legales para eliminar la exposición a los EDC y contribuir a lograr los compromisos de 2030 que se establecen en los Objetivos de Desarrollo Sostenible para “reducir sustancialmente el número de muertes y enfermedades producidas por productos químicos peligrosos y la contaminación del aire, el agua y el suelo”